Don Santos, trabajador de la ex hacienda Casa Grande, se encontraba de guardián en el bosque a la altura del Puesto de la Policía, cierto día, sintió, un frío terrible, que no podía soportarlo, entonces tomó la decisión de ir inmediatamente a su casa en su bicicleta a ponerse un abrigo, era aproximadamente la 1.30 de la madrugada, Don Santos, iba con mucha cautela para no ser visto por el guardián de la población para no se le quiten su tarea por abandono de trabajo, a la altura del campo de lista de los trabajadores de la Empresa (Av. Arequipa) escuchó golpes en el aire, miró hacia el cielo claro y despejado, estrellado y centellante y avistó un enorme pato volando, que se dirigía hacia la población, se dice que cuando las cosas son malas, el pánico se apodera de la persona. El temor lo invadía por entero, sus pensamientos se proyectaron a sus hijos y tuvo espanto de la noche y del muerto, de las ánimas y de la brujería, después de un gran esfuerzo se dio aliento y aceleró a lo que pudo en su bicicleta dándose valor que de lo que ha visto no era realidad… pero al llegar a la intersección de las Calles Iquitos y Lima el enorme pato termina su vuelo y luego se convierte en una mujer, que al pestañear desaparece.
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